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Paula Gicovate

 

 

Paula nació en Campos dos Goytacazes en 1985, y vive en Río de Janeiro desde 2004. Paula estudió letras y recibió formación de escritora en la Pontificia Universidad Católica de Río; es escritora y guionista de cine y televisión.

Redactora de la Red Globo y creadora y guionista de la serie televisiva Só Garotas (Solo muchachas) (que ha sido comparada con las estadounidenses Girls y Sexo en la ciudad). Este es un libro sobre amor, es su primera novela. A la pregunta acerca del carácter autobiográfico, confesional, de su narrativa, la autora responde: ELLA somos todas nosotras o, por lo menos, una parte de nosotras. En cierta forma, ELLA es un homenaje a todas las mujeres y todos los hombres de nuestras vidas.

El libro —tercero de su autoría, pero su primera novela— trata sobre el amor; fue publicado por la Editora Guarda-Chuva y fue traducido y publicado por Maresia Libros en España, donde fue considerada autora revelación. Antes vinieron los libros Sobre o tudo que transborda (Acerca del todo que rebosa) y D4, de crónicas y poemas, además de su participación en diversas colecciones de ficción. En 2015 fue seleccionada para una residencia de creación literaria en Barcelona, y actualmente escribe su cuarto libro sobre el amor.

 

Fragmento de la novela
Este es un libro sobre amor



“Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo.”

Estaba sentado en la cama frente a mí, sujetaba mi mano, besaba las puntas de mis dedos, después mi brazo, después detrás de mis orejas, después mi frente y después mis ojos. Me levantó de la cama, me condujo hasta el comedor, encendió dos velas, acercó una silla para que me sentase. Cerró mis ojos, besó mi cuello, me pidió que me quedase así. Salió un momento, regresó, me abrió los ojos, me mostró una bandeja. Cenó mi corazón aún caliente con un poco de vino. Y no me ofreció ningún trozo.

De todas las dolencias, neurosis, errores constantes y defectos enojosos que tengo, tú eres el que más me preocupa. Me preocupa el efecto que me causa la distancia, cuánto consigo fingir (“no pasa nada, no pasa nada, en realidad no me gustabas tanto”), incluso viendo tus gestos, tu inseguridad, incluso creyendo plenamente que pasaron dos o tres minutos antes de que decidieras que no te enamorarías de mí (esa idea ha sido una duda). Porque yo sé que fue así. Y entonces, de tres en tres meses apareces, rozas la barba que tanto me gusta en mi cuello, destilas media docena de pensamientos cliché que tienen sentido, y luego guardas silencio para oírme hablar, me abrazas por detrás y te vas como un fantasma diciendo de nuevo: “Cielo, no te enamores de mí”. Y de lejos tenemos una vida en común, y te veo en todas las palabras que escribo, en todos los discos que escucho, en una insignificante tarjeta amarillenta que reza “gracias, cariño” agradeciéndome por nada, y que nunca tuve el valor de tirar. De todas mis neurosis, problemas, defectos, dolencias, tú eres la que más aborrezco.

Llamas y preguntas si las cosas van bien y yo te oculto la felicidad física que siento al oír tu voz, para que estés donde estés creas que siempre voy a estar libre, aunque no lo esté. Y la vida va bien. Y de este lado del teléfono te prohíbo en silencio que te comprometas con nadie, maldiciéndote a ti y a tu corazón roto en pedazos.

Necesito que continúes solo por mí. De manera que cuando apareces de tanto en tanto, simulo que todo está bien y procuro ocultar mis celos enfermizos de gente a la que ni siquiera conozco. Y entonces finges no interesarte por mí, aunque en ese momento estés ensortijando mis cabellos con un dedo, susurrándome al oído que soy una chica boba y yo piense que soy boba porque me obstino en venir aquí y escribir sobre ti. Aunque continúes leyéndome. Y que sigas viniendo, y que sigas viniendo, y que sigas viniendo. Y que, a fin de cuentas, seamos la historia de amor de mayor éxito de mi vida.

En mis fantasías, vivíamos en uno de los dibujos de tu cuaderno, en una casa con terraza y vistas al mar, y yo escribía y escuchaba mis canciones raras (que sólo a ti te gustan) mientras volvías corriendo, con los dedos arrugados de haber pasado horas en el mar, para decirme que había ballenas. Habría ballenas para siempre, y yo me sumergiría en tu barba para sentir el olor de la sal, y te lamería el torso para sentir el sabor de la sal, y me tumbaría a tu lado en la cama para comer tu sal. En mis fantasías un día te cansarías de esos días, pero no te cansarías del mar. Volverías a la ciudad y me llevarías contigo, y nos sentaríamos con los amigos, tus amigos ahora míos, y yo bebería de más, como hago una vez al mes, y al llegar a casa me gustaría follarte como nunca te han follado, porque en mi fantasía yo hago siempre lo mejor, intentando cometer locuras para que me prestes atención. Tú me sacarías de aquí después de que un día yo te dijese que tú serías la única persona que podría robarme de mi mundo perfecto de casa silenciosa en un barrio en la ciudad que elegí. Y yo te diría: “Menos mal que no quisiste, porque serías el único ser en el mundo que me robaría, que me jodería mi mundo, que me llevaría a otra ciudad, otra casa, otro caos. Un caos mayor que el mío”. Y entonces te convencerías. Pero, en mi fantasía, un día esta vida mía de equilibrista, la pretensión de que te enamoraras de mí todos los días, menguaría. Y yo querría ser correspondida con la intensidad con la que nunca me amaste, y por ello te dejaría, porque dolería demasiado ver que el tiempo pasaría mientras yo sería engullida por tus silencios, que, después de ocupar toda nuestra casa, me echarían fuera por falta de espacio. Fuiste el gran amor que nunca tuve, la gran pasión que nunca viví, la fuga de esta ciudad que nunca sucedió, las palabras que escribí tantas veces durante la noche, mi mano bajo la sábana con los ojos cerrados murmurando tu nombre, mi esperanza y mi desgracia. Eres mi amor eterno, el que va a durar para siempre, porque no me quisiste cuando, tímidamente (pero lo suficiente para hacerte entender), te ofrecí mi mundo. Y gracias por eso. No haberme querido me salvó la vida. Y te convirtió en mi amor imposible, de aquellos que duran para siempre.

Gicovate, Paula
Este es un libro sobre amor

España: Maresia Libros, 2016