Padre escritor, madre profesora de letras,
una gran biblioteca familiar y televisión
prohibida. Previsiblemente, la literatura
fue desde muy temprano parte de mi vida,
la parte a la que le fui más fiel. Durante
la adolescencia practiqué varios deportes:
natación, tenis, ajedrez. Tuve también una
temporada de militancia política y una
incursión casi accidental en la matemática,
que se prolongó en un doctorado y una
especialización en lógica.
En universos siempre paralelos escribí
mis primeros libros a la par de la carrera
académica. Mi primera novela, Acerca
de Roderer, recrea el pacto fáustico
en un pueblo del sur argentino, entre
dos adolescentes ajedrecistas. La mujer
del maestro es un triángulo amoroso
entre escritores. Escribí luego Crímenes
imperceptibles, una novela policial con un
costado epistemológico, que fue llevada al
cine por Alex de la Iglesia. A partir de esta
novela, que se tradujo en todo el mundo,
pude dejar la universidad para dedicarme
enteramente a la literatura. Publiqué hasta
ahora diez libros. Aunque escribo con una
lentitud desesperante, espero terminar
todavía algunos más. |