La quiebra de un pacto entre el campo
y la ciudad es aspecto fundamental de
las letras brasileñas. Ese es el horizonte
literario en el cual existo. El sujeto rural,
la vida en la provincia, el viaje al campo
me sirven para destacar en las novelas que
he escrito hasta ahora Nuestro grano más
fino, 2009 y El amante sonámbulo, (2012)
cuestiones afectivas y políticas cruciales
en la organización de la vida brasileña. La
vieja y fallida industria súper moderna (la
textil o la azucarera y de alcohol) produce
también una fuente de mitos sobre la edad
de oro, sobre el fausto, sobre la caída, sobre
la degradación del carácter y de los afectos
en el tiempo presente.
Busqué retratar aspectos contradictorios
de la vida íntima en ese mundo. Esa es
también en cierta manera mi propia
trayectoria. Nací en un ingenio azucarero
en 1971. Vivo en California desde 1995.
Mis personajes transitan entre el interior
del estado de Pernambuco y su capital,
Recife. En ambos casos quise que el
énfasis de las novelas recayese en un
intento de recuperación del pasado,
por el reencantamiento de pasiones y
traumas latentes que juzgamos superados
o invisibles. El tema es ya conocido. Las
voces son otras. Espero que el resultado sea
interesante, y novedoso. |