Nunca pensé que sería escritor. La verdad nunca
supe muy bien qué iba a hacer en la vida. Era
adicto a los libros desde muy joven, y como nunca
me fue mal en la escuela, decidí hacer lo más
lógico: convertirme en estudiante profesional.
Completé un bachillerato en ciencias políticas,
una maestría en estudios latinoamericanos y
un doctorado en literatura que hizo a la mitad
de mis amigos pensar que estaba loco. Tal vez
tenían razón.
En algún momento empecé a llevar un diario. Coleccionaba historias de mi familia, de la vida, de nada en particular. Durante mis estudios llevé un taller con una profesora muy seria, alérgica a los halagos, quien me halagó mucho uno de mis cuentos. Habrá algo aquí, pensé. En 2009 publiqué la colección de cuentos A los cuatro vientos; en 2010 la novela Verano rojo, que ganó el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría; en 2014 y 2015 las novelas Lluvia del norte y Mazunte. Las primeras dos novelas han sido traducidas al francés; la tercera será traducida el próximo año. Ahora vivo en Pennsylvania, donde trabajo como profesor y escritor, sin saber muy bien cómo llegué a hacer ninguna de estas dos cosas. |