Nací hace 28 años en Iquique, una ciudad que
queda al norte de Chile, entre el mar y el desierto,
muy cerca de Perú, el país que tuvo, durante el
siglo XX, los mejores poetas del continente, sin
duda.
Podría ser un dato irrelevante el lugar donde uno nace, pero, aunque ya no vivo ahí desde hace más de quince años, prácticamente todo lo que he escrito tiene que ver con esa ciudad, con ese paisaje.
Mientras estudiaba periodismo, publiqué en 2009 una novela que se llama Camanchaca y que tuvo más vidas de las que pude imaginar. Después, me quedé un par de años en silencio, me puse a trabajar como periodista y creé una editorial con unos amigos que tiene el nombre de Montacerdos, en honor a la impresionante novela del peruano Cronwell Jara —que todos, todos, deberían leer—. En Montacerdos publicamos, sobre todo, libros de cuentos de escritores latinoamericanos jóvenes, los que recomiendo fervorosamente, por supuesto.
Finalmente, en 2014 publiqué dos libros: Soy de Católica, una crónica autobiográfica dedicada al equipo de futbol del cual soy hincha; y meses después apareció Racimo, mi segunda novela.
Hoy, termino de escribir y reescribir unos cuentos que aparecerán en 2016. Son cuentos en los que dejo atrás, creo, el paisaje del norte y empiezo a tantear otros terrenos. Vamos a ver qué resulta de eso.
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