Guadalajara, Jalisco, a 27 de noviembre de 2023
La Revista de la Universidad conmemora aniversario del EZLN
La publicación de la UNAM recopila en su nuevo número textos de periodistas y escritores, a propósito de los 30 años del levantamiento armado de 1994
A casi 30 años de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) salió a la luz, la Revista de la Universidad, publicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentó un número que recopila textos de numerosos autores donde comparten y reflexionan qué fue para ellos, qué ha sido y qué será del movimiento que el 1 de enero de 1994 declaró la guerra al Estado mexicano. Así presentó la publicación su directora, la escritora Guadalupe Nettel, quien estuvo acompañada por algunos de los colaboradores.
“El EZLN vino a poner en cuestión muchas cosas que se daban por hecho y que teníamos debajo de la tierra, que es en primer lugar la desigualdad inmensa que se cultiva en nuestro país, el racismo gigantesco que viene desde el propio Estado y el mito del mestizaje, que ha abandonado comunidades enteras”, dijo Yásnaya Elena Aguilar Gil, escritora, lingüista, traductora, investigadora y activista, quien invitó a leer el número, pues se trata de un recuento de un movimiento fundamental para México y para el continente. En sus páginas, dijo, se leen análisis de lo que significó en su momento y lo que significa en su contexto actual el levantamiento armado. Algunos textos tienen que ver con recuerdos de lo que sucedía en el momento en el que los autores se enteraron del EZLN, como lo fue en su caso.
La originaria de Ayutla Mixe, Oaxaca, contó que en ese momento histórico su comunidad también estaba en un proceso de autonomía en defensa de los recursos naturales que databa de finales de los años setenta, llamado comunalidad. Buscaba la expulsión de los representantes de partidos políticos y defendía los sistemas de organización propios. Ellos se enteraron del levantamiento con retraso, pues tuvieron noticia de este un mes después de ocurrido, dado que la televisión no informaba verazmente.
Por su parte, el reportero, escritor y cineasta Diego Enrique Osorno, quien también colaboró en la revista, refirió que su lectura recrea la sensación de que el zapatismo ha generado una corriente de pensamiento, de reflexión crítica. En lo personal, señaló, quedó marcado por el zapatismo desde el mismo año en que surgió, cuando él tenía sólo catorce años y vivía en Monterrey, pues circulaban impresos que le generaron muchas inquietudes de lo que se vivía en ese momento. Aunque consideró que se perdió de poder cubrir la parte más notoria del zapatismo, de 1994 a 2001, pudo colaborar con una de las últimas iniciativas: una declaración por la vida en 2020, donde instaron a un relanzamiento de la causa. Osorno afirmó que el movimiento vive una reorganización, pues han anunciado que su estructura de gobierno y municipios autónomos han sido disueltos para construir un nuevo modelo. Ese proyecto, que aún no concluye, tiene mucho sentido, porque cuenta con alternativas de vida efectivas para los grupos indígenas y urbanos y para las nuevas generaciones.
El periodista, narrador, cronista y ensayista Juan Villoro describió a los zapatistas como profesionales de la esperanza y del asombro desde que sorprendieron a la nación el 1 de enero de 1994 con una revuelta que nadie esperaba. Una de las grandes lecciones del zapatismo, dijo, es que ha articulado a otros movimientos que no necesariamente piensan igual, pero que tienen en común el ser víctimas de la explotación y los abusos.
Destacó que una situación preocupante es que en Chiapas se deteriora la situación, se ha convertido en un polvorín a causa de las pugnas entre cárteles, corrupción, grupos paramilitares, conflictos eclesiásticos de la Iglesia Evangélica y hasta los migrantes, que están siendo víctimas de maltrato.
Villoro contó una anécdota que no se encuentra en la revista, pero que sirve de analogía sobre lo que se condensa en esta. Él y Nettel se encontraban en una convención zapatista en agosto de 1994, llamada Aguascalientes, que fue interrumpida por una tempestad. Tiempo después, estando en la selva, recordó que no se había visto la cara en días, por lo que buscó el espejo de una camioneta al final del campamento. “Recibí una lección superior a la que brindaba el Oráculo de Delfos, no tiene nada que ver con la historia, pero podemos interpretar como una metáfora de lo que el zapatismo nos estaba diciendo, el mensaje habitual de los retrovisores: ‘Las cosas están más cerca de lo que aparentan’, eso es lo que el zapatismo ha sido para nosotros: un modelo de esperanza y, sorprendentemente, no está lejos ni en el tiempo ni en el espacio, está mucho más cerca de lo que aparenta”.
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