A tres años de un cambio de régimen político en nuestro país y de cara a una elección federal de la que nos separa la misma distancia, en un ambiente de creciente polarización en que el proyecto del partido que hoy ocupa el Ejecutivo federal y la mayoría en el Legislativo es tenido por unos como renuevo de la democracia y por otros como regresión autoritaria, es momento de debatir, desde todas las posiciones, si el proyecto político hoy gobernante en México constituye una anhelada oportunidad de cambio o una deriva antidemocrática.