Cuando hace diez años Benito Taibo comenzó a escribir las aventuras del tío Paco y Sebastián, no imaginó que redactaba el pasaporte que legiones de lectores usarían para entrar al extraordinario mundo de las historias. “Era un divertimento”- ha dicho- “una manera de agradecer lo que la literatura había hecho por mí”.
La historia de Sebastián, que al quedar huérfano se va a vivir con su tío Paco y aprende de él a aprovechar cada minuto de la vida y navegar páginas para enfrentar felinos, conocer vampiros, sobrevivir inundaciones, buscar mapas estelares, cazar monstruos marinos y pelear al lado de los Sioux, es un relato transformador, que mueve corazones en todos los sentidos. Es un libro en cuyas páginas hay puertas para, al menos, 139 libros distintos y toda la poesía del Siglo de Oro español. Eso se dice fácil, pero solo Persona Normal ha logrado la hazaña de hacerlo y que sea divertido.
La FIL Guadalajara, a la que Benito ha sumado como parte de su amorosa y titánica labor de promoción a la lectura a lo largo de su vida, es testigo de cómo han crecido los fieles de Persona Normal: están los adolescentes, que cada tanto vuelven hechos madres y padres que se acercan a buscar libros para la siguiente generación; están las mamás y papás, que se intrigan ante la pasión de sus hijos y dicen… “pos estos qué están leyendo” y quedan atrapados en la red lectora. Están también, por supuesto, los cientos de promotores de lectura repartidos por los rincones de México y de América Latina, un ejército que adoptó este libro y lo ha hecho lanza, ladrillo, nave espacial, arpón, máquina del tiempo… un artefacto multiplicador de lectores de todas las edades, que entran a sus páginas y salen para darle vida a la mejor y más democrática de todas las repúblicas: la República de los Lectores.